martes, 10 de agosto de 2010

Los Cubos de la Memoria de Ibarrola: los colores de la pasión

El artista vasco Agustín Ibarrola posee una de las obras más personales de un artista plástico en España. Ubicada en la escollera del puerto asturiano de Llanes, un gigantesco mural: «Los cubos de la memoria». Realizada en dos fases, la primera, localizada en la parte del dique orientada hacia el Sur, se realizó entre julio y octubre del año 2001. La segunda, en el dique Norte, se comenzó a finales de julio y finalizó durante la primera quincena del mes de octubre de 2003, siendo inaugurada el 7 de noviembre de dicho año por Ibarrola, quien pretende crear «una montaña mágica de color alrededor del puerto».
Con «Los cubos de la memoria» Ibarrola ha creado un paisaje nuevo en el puerto de Llanes. Se trata,además, y según sus palabras, «de arte público en el más amplio sentido de la expresión».
La obra es un compendio de nuevos conceptos artísticos resultado de una pormenorizada investigación llevada a cabo por el artista vasco. «Los cubos de la memoria», por tanto, no se puede contemplar ni como un cuadro ni como una escultura, conforma un concepto nuevo del arte en el que el espectador participa interrelacionándose con los múltiples temas, tanto figurativos como no figurativos, engarzados por una estructura ajustada a la geometría de los cubos y a la discontinuidad de sus aristas, prismas y superficies.

ARTISTA INTERDISCIPLINAR


Las pinturas sobre los grandes y apilados bloques de este espigón portuario tienen variadas composiciones, con un tratamiento estético capaz de componer una obra integrada a modo de potente mural o de poderoso conjunto escultórico policromado de variados escorzos, que se puede contemplar desde diversos puntos de observación, próximos o lejanos. Es la obra de un artista interdisciplinar, como se considera a sí mismo el propio Ibarrola: «Ni estrictamente pintor, ni exclusivamente escultor, ni por supuesto arquitecto del paisaje como algunos afirman».

" LOS CUBOS DE LA MEMORIA..."
Las pinturas, tanto figurativas como no figurativas, se engarzan siguiendo una estructuración que el artista ajusta a la geometría de los cubos de hormigón y a la discontinuidad de sus aristas, prismas, volúmenes y superficies, para producir diversos efectos ópticos y conceptuales.
El conjunto multifacético de «Los cubos de la memoria» refleja unos contenidos en tres dimensiones:

-La memoria del Arte, simbolizada en esos códigos prehistóricos que emergen puntualmente en una rotunda creación plástica de vanguardia.

-La memoria del artista, que transmite desde esta obra una síntesis de su larga y fecunda trayectoria creativa, en la que continuamente ha experimentado formas y posibilidades expresivas.

-La memoria del territorio, resaltada en los temas figurativos que dedica Ibarrola a enraizar su obra, representando algunos de los referentes más significativos de la naturaleza, de la prehistoria y de la historia marinera, rural, urbana y emigrante del concejo de Llanes.



GEOMETRÍA, ESPACIO, ARTE, VIDA


En la larga trayectoria artística de Agustín Ibarrola varían los materiales que utiliza, desde los óleos y el papel, a las traviesas de madera, el hierro y el acero, los árboles, las rocas o los cubos de hormigón, materiales todos ellos en los que, según el artista, habitan la memoria y el deseo, la cultura industrial y el tótem primitivo, la arqueología y la ternura. Cambia de materiales, pero siempre hay en él una constante creatividad, con la geometría como punto de apoyo y el espacio como tensión y desafío, que aplica a esos grandes formatos que pinta —lo dice Ibarrola— para relacionarse «con las estrellas, la vida y las personas». Porque su obra surge de un proceso físico, intensamente vivido por este autor, que busca la participación y la correspondencia activas de sus semejantes.

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